¿Qué?
 junio 12, 2014 @ 23:43

Hoy vengo a traerles otro pedacito de mi misma; los que me lean con el tiempo irán conociendo poco a poco más de mi misma.
Ni siquiera los momentos perfectos duran para siempre; ni siquiera todo lo sucedido ayer. ¿Sabían que detesto mis cambios de humor? Hoy no tomé el medicamento; debe ser eso, razón por la que más detesto estar así.
Estaba en twitter escribiendo cosas varias pero luego empezaron con el tipico “¿Que te pasó?” y sinceramente, no tengo ganas de hablar una mierda so, me vine aqui luego de borrar todo. Ultimamente es el único lugar, junto a Tumblr donde puedo explayarme tranquila y sin que nadie me diga nada.
Me puse a recordar un par de cosas de mi infancia/adolescencia y pues, aqui me tienen; como una vil magdalenta llorando al lado de la cruz.
¿Se han fijado que cuando lo único que uno quiere y espera de los padres es un abrazo mientras te repiten una y otra vez que todo estará bien, es lo que menos sucede? No sé cuantas veces esperé eso de mi madre y, como podrán imaginar, nunca llegó; en cambio de eso, llegaron miles de reproches y la frase “Te lo mereces”. Ah, eso era demasiado recurrente en casa.
¿Acaso merecía que me pegaran? 
¿Acaso merecía tener que llorar a escondidas sin que nadie me escuchara? 
¿Acaso merecía vivir con miedo de llegar a casa cada día? 
¿Acaso merecía tener que sobre-maquillarme los moretones por los golpes? 
¿ACASO MERECÍA LAS PALABRAS DE ODIO DE MIS COMPAÑEROS POR SER ESTUDIOSA y pesar 20 kilos más que la más delgada del curso? 
¿Acaso merecía la mierda de vida que tenía?
Sé que no lo merecía, pero crecí creyendo que si lo hacía; incluso ahora a veces pienso que sí lo hacía. Que sí merecía cada golpe. cada grito y cada insulto porque no hacia las cosas bien, porque siempre lo estropeaba todo, aún sin quererlo.
Eso sólo provocó que mi personalidad fuera formada con una base de siempre complacer al resto, una puta mierda, debo agregar.
Hace meses que no se me venían todos estos recuerdos a la cabeza y es por esa razón que duelen tanto. Los creía completamente olvidados y enterrados. ¿Se han fijado que siempre que uno cree que ha superado y/o olvidado algo, aparece nuevamente y con más fuerza que antes?
Tomen su respuesta y multipliquenla por casi 15 años.
Pero ¿Saben el factor común en toda esta pila de recuerdo altamente "irrelevantes" para los demás? Mi madre mirando completamente en silencio cada una de esas memorias. Mi madre tras la puerta haciendo oídos sordos a mis lágrimas. Mi madre saliendo a comprar porque no quería ver mi cara completamente roja. Mi madre llevándose a mi hermano para que no me viera como estaba. Mi madre siempre huyendo para no afrontar la realidad.
¿Qué realidad?
Una hija golpeada, una hija sola, una hija con un sufrimiento más allá de la escala númerica.
Te mereces los golpes, te portaste mal.
Te mereces que te traten mal en el colegio, no hablas con nadie.
Te mereces todo esto porque no eres buena.
Te mereces los gritos porque puedes ser mejor.
Te lo mereces. Toda mi vida se reduce a eso. 
Te lo mereces. Nunca serás suficiente.
Pero no.
No merecía que mi madre me hubiera cambiado por alguien a quien yo no conocía.
No merecía los golpes que esa persona me daba todos los dias a su antojo.
No merecía los encuentros con la correa.
No merecía los baños en ducha fría.
NO MERECÍA NADA DE ESO PORQUE TENÍA DIEZ PUTOS AÑOS DE VIDA.
No merecía nada de eso porque era una niña. Una niña a la que le cagaron la vida y ahora la tienen llena de pastillas para poder sonreír como la gente. Porque sin ellas, esa niña no es putamente nada.
No tiene a su madre, aún cuando su madre jura por los mil cielos que si está.
A su padre nunca lo tuvo, aún cuando su padre diga que siempre estuvo.
Está perdiendo a su hermano, cosa que le duele más que nada.
Y, lentamente, está perdiendo su propia vida, pero sabe que aunque luche desesperadamente por aferrarse a algo y mantenerse a flote, sabe que llegará un día en que se canse de luchar contra la corriente y se hundirá, sabiendo que a nadie le importará.
Sabe que llorarán por ella, que le pedirán perdón por todo el daño cometido, pero ya nada servirá porque estará en el fondo del mar, ahogándose con sus propios monstruos y tormentos.
Muchos preguntan porque sonrío tanto; a lo que respondo “mejor sonreír a responder un ¿Porque?” Porque muchas veces, ni siquiera entendemos el porqué de nuestra pena, sólo la sentimos en lo más profundo de nuestra mente.
Soy un puto desastre en este instante, al menos ustedes sabrán porque y no preguntarán.